Eeeel 13, uno, tres.

10 12 2008

Todo pueblo que se precie ha de tener bingo en sus fiestas. En los descansos de la orquesta, unos por dinero y otros por enfermedad diagnosticada, jugar al bingo se ha convertido en tradición. Dinero, enciclopedias, bicicletas y jamones son ejemplos de los magníficos premios que pueden tocarte.

Las azafatas del bingo.

Las azafatas del bingo.


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